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El Diario
Los bares “Quinto Elemento” y “El Patrón” intentaban abrir al público pese a que la Dirección de Gobernación estatal y la Dirección General de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento los habían clausurado la semana pasada.
La clausura surtió efecto porque los dos negocios operaban con la misma licencia de venta de alcohol y por la colocación de una estructura de madera, tabla roca y aluminio, que simulaba la proa de un barco y que obstruía por completo la acera poniente de la Avenida Abraham Lincoln, forzando a los peatones a caminar sobre la arteria.
Funcionarios de la Dirección de Gobernación clausuraron los dos antros por haber violado los sellos de clausura que fueron colocados hace una semana sobre las puertas de cristal del bar “El Patrón”.
Advirtieron que durante el procedimiento de clausura contra “Quinto Elemento” y “El Patrón”, redactarían un acta circunstanciada para dar vista a la Fiscalía General del Estado por la violación de los sellos de clausura, lo que implica un delito penal que es perseguido de oficio por la dependencia y en el seguimiento de la investigación, una clausura definitiva.
Los sellos de la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento, colocados sobre la “proa del barco”, también fueron violados.
Ayer por la tarde habían sido retirados los sellos de clausura sobre la estructura en la acera y los de Gobernación que funcionarios del municipio dijeron que la dependencia colocó al mismo tiempo en el bar “El Patrón”.
Los agentes de Gobernación señalaron que al margen de quién haya violado los sellos, el responsable del bar –quien ayer fue identificado por empleados del “Quinto Elemento” presuntamente como Osvaldo Fernández–, deberá enfrentar la investigación ante la Fiscalía.
Ayer pese a las investigaciones, los trabajadores que construyeron la proa sobre la acera daban los últimos acabados a la ahora fachada interior de “El Patrón”.
La proa, similar a la de un trasatlántico, tiene en su estructura cuatro ojos de buey (nombre de las ventanas laterales que se colocan sobre el casco de barco), salvavidas de hielo seco y sobre la parte superior cuenta con un barandal para proteger lo que al parecer es una terraza.
Agreden a
fotoperiodista
El fotoperiodista, Carlos Sánchez Colunga, fue golpeado ayer por el dueño de uno de los bares, a donde acudió a tomar gráficas.
Además de la agresión física, parte del equipo del fotógrafo –valorado en unos 3 mil 500 dólares- fue robado.
El ataque físico sucedió por la tarde cuando Sánchez Colunga estaba tomando fotos a una construcción de tablaroca y madera y de una réplica de la estatua del Cristo del Corcovado (el afamado Cristo de Río de Janeiro) instaladas sobre la acera.
“La persona no me dijo los motivos, nada más salió (del negocio) me agarró de la camisa y me empezó a pegar y me estaba diciendo ‘quién te mandó a tomar las fotos’. Yo llegué en la troca de El Diario, que tiene logos, le dije que era reportero y me siguió golpeando; yo no podía con él pues es una persona alta y fornida”, indicó Sánchez.
Luego el agresor tomó la cámara y el lente del reportero gráfico y se retiró del lugar a bordo de un automóvil Chrysler 300, de reciente modelo, con placas EGU1853.
Elementos de la Policía Municipal y agentes de la Policía Ministerial Investigadora (PMI) que se presentaron en el lugar, localizaron el vehículo en la parte posterior del edificio que alberga los dos establecimientos. Pero el responsable -identificado extraoficialmente como Osvaldo Fernández- no fue detenido.
Carlos Sánchez presentó una denuncia penal por los delitos de lesiones y robo contra quien resulte responsable, informó el abogado y asesor externo de El Diario Fernando Guerra.
El periodista fue examinado por un médico legista, pero hasta anoche no se había emitido un dictamen para clasificar las lesiones sufridas.